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La calidad de vida no sólo depende de factores palpables, normalmente relacionados con la economía, la salud, la educación o la seguridad. También se apoya en aspectos intangibles, como la cultura, las raíces, el patrimonio histórico o las señas de identidad, entre otros. La mezcla equilibrada de estos factores permite desarrollar un alto grado de satisfacción o bienestar en los ciudadanos.
La calidad de vida en el País Vasco ha registrado un claro y constante crecimiento durante las últimas dos décadas, según apunta el Informe 2012 sobre Condiciones de vida y bienestar social, realizado por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat).
En este sentido, los habitantes del País Vasco sitúan su nivel de satisfacción en la vida en una escala muy similar a los ciudadanos de países como Suiza, Noruega, y por encima de Suecia, Islandia, Holanda, Dinamarca o Finlandia, si tomamos como referencia para esta afirmación el Índice para una Vida Mejor elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos(OCDE).
Según este índice, que ha sido creado para medir y comparar el bienestar en los distintos países de la OCDE en función a 11 temas esenciales identificados por este organismo, el País Vasco se sitúa -con un 7,6– entre los países con una mejor satisfacción en la vida, destacando como factores de referencia la seguridad, la salud y el medioambiente.
En el ámbito laboral, por su parte, los trabajadores del País Vasco son los que más satisfechos se encuentran con su empleo, por encima de los de Dinamarca y Noruega , que les siguen en el ranking elaborado en más de 30 países a nivel mundial por la consultora internacional de Recursos Humanos Randstad en su workmonitor. Un dato relevante, ya que el grado de satisfacción de los empleados en su puesto de trabajo es importante para que los profesionales con talento decidan quedarse en esa compañía o país.
En el apartado de Seguridad, el OECD Regional Well Being Index otorga al País Vasco una puntuación de 10 puntos, la máxima posible, con un índice de 0,5 homicidios por 100.000 habitantes.
La más alta esperanza de vida
Empleo, ingresos, vivienda, comunidad, educación, equilibrio laboral-personal, medio ambiente, participación ciudadana, salud, satisfacción ante la vida y seguridad son los aspectos valorados por los propios ciudadanos a través de esta herramienta en la que han participado más de 60.000 usuarios hasta la fecha y con la que se trata de cuantificar su nivel de bienestar.
Atendiendo a esos resultados, se puede afirmar que existe una notable calidad de vida en el País Vasco, un hecho que se ve reflejado en la alta longevidad de su población que existe en todos sus territorios históricos.
De hecho, la esperanza de vida de las mujeres en el País Vasco es la más alta de la Unión Europea, con una media de 86,1 años, siendo la de los hombres de 79,3 años, según constata Eustat. Estos datos también son refrendados por Eurostat, que apunta a una esperanza de vida de 82,2 años, una de las más altas en el conjunto de la OCDE.
Además, los estudios señalan una tendencia de crecimiento en la esperanza de vida, que llega en las mujeres a los 87,3 años y en los hombres hasta los 81,2, según las Proyecciones Demográficas 2020 elaboradas por el Eustat.
En lo que respecta al ámbito económico, el País Vasco también ocupa una situación destacada en los índices de la OCDE. Así, con un ingreso neto por hogar de más de 29.000 euros, se sitúa al nivel de países como Austria, Alemania o Francia, y sólo por debajo de Suiza, Noruega, Luxemburgo y Estados Unidos.
Pero, como hemos señalado anteriormente, no sólo la economía influye en la felicidad o satisfacción del ciudadano con su calidad de vida. Hay otros factores, como el tiempo libre y cuidado personal, que son determinantes para alcanzar un grado óptimo de felicidad.
Los ciudadanos vascos, en general, disfrutan de un buen equilibrio entre vida personal y laboral, lo que se traduce en más horas para el ocio y el cuidado personal-familiar. Así, en el País Vasco se dedica una media de 15,55 horas al tiempo libre por semana.
El Índice de Gini de igualdad social también es revelador, ya que la brecha existente entre ricos y pobres es una de las más bajas de la UE, con un 25,3 sobre 100, y sólo por debajo de Suecia (24,4), como reflejan los datos de Eurostat.
Según se desprende de la investigación La desigualdad en la distribución de la renta en Euskadi (1986-2012), entre 1986 y 2012 el País Vasco ha mejorada progresivamente la distribución de los ingresos con una reducción de su índice de Gini de tres puntos -de 28,1 a 25,3-, lo que coloca al País Vasco al nivel de los países con una distribución más igualitaria.
Por lo tanto, la constante reducción de la desigualdad, la búsqueda del equilibrio socio-laboral, el desarrollo económico sostenible, el estímulo de la participación cívica, la implantación de una educación y sanidad de calidad o la creación de un tejido empresarial innovador, entre otros factores, deben conjugarse armónicamente para crear una sociedad satisfecha y con una alta calidad de vida, lo que siempre es prioritario en el País Vasco.